Hace algún tiempo, cintas caminadoras eran sinónimo 
de consultorio cardiológico, de la misma forma, con muchas limitaciones.  
 
Primero surgieron las caminadoras mecánicas, un verdadero armatoste que acababa 
quedando arrumado en cualquier esquina, inclusive en los gimnasios. Esto debido 
a que exigía mucho esfuerzo para que la persona empujara la banda en una acción 
mecánica antinatural, sacrificando principalmente los músculos gratrocnemios 
(pantorrilla) y el tendón de Aquiles.  
 
Entonces, como todo en la vida va evolucionando, casi enseguida se dio un avance 
repentino en las cintas caminadoras. Motorizadas, velocidad e inclinación 
variables, más anchas y largas, a pesar de tener precios nada atrayentes, 
invadieron los mejores gimnasios y hoy tenemos modelos caseros de buena calidad 
y que pueden hasta guardarse dobladas.  
Desde mi punto de vista, las caminadoras ofrecen muchas ventajas, sea cuales 
fueren los objetivos de las personas: condicionamiento, estética, calidad de 
vida o entrenamiento deportivo.  
 
Hay muchos a los que les gusta caminar, pero el tiempo disponible, a veces 
imposibilita el hacerlo, ya sea porque las calles están llenas de gente, puede 
estar haciendo mucho calor, por la noche puede ser peligroso e inclusive en el 
caso de las mujeres, éstas pueden ser víctimas de "piropos" desagradables. Otro 
inconveniente que se está transformando en un problema serio, inclusive de 
transmisión de enfermedades, es la jauría abandonada en las calles. Que 
nostalgia del tiempo del "Camión del Perrero", no? Pero bueno, vamos a ser 
optimistas... de vez en cuando podríamos realizar una carrera intervalada ... 
con un perro corriendo atrás. Que tal? Volvamos para las caminadoras... En ella 
se puede hacer cualquier tipo de entrenamiento, ya sea, oyendo música, viendo un 
buen programa en la TV y hasta conversar. Si se lo realiza en el gimnasio, 
tenemos la ventaja del asesoramiento directo del profesor.  
 
La mayoría de las caminadoras de hoy, permiten velocidades programadas de hasta 
20 km/h e inclinaciones de hasta 15%, lo suficiente para aguantar cualquier 
corredor fondista.  
 
Las atenciones de técnicos y atletas se vieron dirigidas para este instrumento 
cuando en 1989, el americano Ken Martin al terminar en segundo lugar la Maratón 
de Nueva York, con el tiempo de 2h 09m 34s, declaró que parte de su 
entrenamiento de larga distancia era realizado en la caminadora. Lo mismo 
sucedió con Ingrid Kristiansen (2h21m06s) e Joan Benoit (2h21m21s), en sus 
buenos tiempos. Benoit, después de haber sido sometida a una artroscopia 
reinició sus actividades físicas en una caminadora por la necesidad de retorno 
inmediato a los entrenamientos en 1974, sin estar apta para actividades con 
impacto. La caminadora fue la grande solución en función del amortecimiento al 
impacto ya mencionado.  
 
Si usted vive en una ciudad como Petrópolis, por ejemplo, que llueve mucho, la 
caminadora es un gran aliado. Imagínense poder cumplir el plan de entrenamiento, 
correr y conversar al lado de otro corredor más lento y todavía admirar toda la 
gente bonita y bien dispuesta que frecuenta los gimnasios!! Por no estar bajo la 
influencia climática externa, principalmente del viento, el intercambio del 
calor del cuerpo con el medio ambiente se dificulta, produciendo más sudor. En 
este caso, el sudor es el único mecanismo de refrigeración disponible para el 
cuerpo, favoreciendo el aumento de la frecuencia cardiaca. Es una buena idea 
para mantener el cuerpo hidratado.... Muy fácil, no?  
 
Correr en estos artefactos, exige algunos cuidados tales como al parar, no bajar 
inmediatamente al terminar el ejercicio. Es normal que las personas se sientan 
un poco mareadas porque el instrumento, reduciendo el impacto en hasta 30%, 
ocasiona que los órganos sensoriales comandados por el laberinto, trabajen con 
una información como que si el individuo pesase menos. Además de eso, es en este 
momento que el cuerpo reorganiza el aporte sanguíneo y esto puede provocar un 
mareo momentáneo, sin mayores complicaciones.  
 
Otra gran ventaja, aprovechando la semejanza con la metodología del spining, es 
la posibilidad de simulación de un trayecto, variando la inclinación y la 
velocidad. Solamente no es posible simular las bajadas, pero esto también es 
otra ventaja, porque se sabe que la bajada sobrecarga mucho los músculos 
posteriores del muslo, en función de las contracciones concéntricas. 
 
Es bueno recordar... Las caminadoras son muy buenas y todo lo demás que ya hemos 
mencionado, pero para los corredores ésta debe ser usada como opción de 
entrenamiento.  
Todas estas ventajas pueden viciar, dejando al individuo menos atento cuando el 
mismo vuelva a entrenar en la calle. Al aire libre, las irregularidades del piso 
desarrollan un mecanismo reflejo contra las torceduras y la seguridad que genera 
una caminadora pueden disminuir dicho reflejo. Por lo tanto, lo ideal, para el 
que tiene problemas, es entrenar durante la semana en la caminadora y el fin de 
semana aprovechar la naturaleza.  
 
Una actitud que no tiene buenos resultados, es correr en la caminadora con un 
peso en la mano. Según las mejores investigaciones, el gasto adicional de 
energía no compensa el perjuicio de la biomecánica. Es mucho más sensato, en 
este caso, aumentar la velocidad o la inclinación de la caminadora.  
 
Para los que prefieren hacer gimnasia en casa, ya existe también en el mercado 
una infinidad de modelos caseros. Muchas pueden, inclusive doblarse, ocupando 
poco espacio cuando no están siendo utilizadas. Lo más importante en el momento 
de escoger un modelo es verificar la fuerza y potencia del motor. Lo ideal es 
que sea mayor que 1,5 H.P., también para los que prefieren sólo caminar. A no 
ser que usted vaya a utilizarla como "colgador", como sucede con la mayoría de 
las bicicletas ergo métricas.  
 
Y entonces, que está esperando? Su corazón le va a agradecer!!!
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